En una declaración institucional leída en nombre del Ejecutivo marroquí por su ministro de Comunicación y portavoz, Jalid Naciri, las autoridades acusan a los periodistas españoles de "recurrir sistemáticamente a procedimientos falaces, técnicas innobles, manipulaciones abyectas y montajes inmundos".
Rabat considera que el objetivo de esos medios es conseguir una "grave manipulación de la opinión pública española, con el fin de exacerbar sus sentimientos contra Marruecos", dentro de lo que llama "una auténtica deriva odiosa y racista".
La declaración centra sus críticas concretas en el canal de televisión Antena 3, los diarios ABC y El País, la emisora de radio Cadena SER y la Agencia EFE.
Esta nueva ofensiva contra los medios españoles por parte del Gobierno marroquí se produce en una semana en la que se han sucedido varios incidentes relacionados con la cobertura de los disturbios desencadenados el pasado lunes por el desmantelamiento del campamento de protesta saharaui de Gdaim Izik junto a El Aaiún.
El Ministerio marroquí de Comunicación retiró ayer, viernes, la acreditación al corresponsal del diario ABC, Luis de Vega, con más de ocho años de permanencia en este país, por su supuesta "difusión de informaciones falsas".
Ese mismo día, se expulsó de Marruecos a tres enviados especiales de la Cadena SER que habían conseguido llegar -pese al bloqueo decretado por las autoridades- a El Aaiún, bajo el argumento de que "proporcionaron informaciones falsas sobre su identidad y su profesión".
Los tres periodistas de la SER regresaron a España en el mismo vuelo en el que también volvieron otros nueve periodistas españoles de distintos medios, a los que la Policía marroquí había impedido desembarcar del avión una vez habían aterrizado en El Aaiún.
Asimismo, a lo largo de toda la semana, la aerolínea de bandera Royal Air Maroc ha impedido, bajo un amplio abanico de argumentos, a corresponsales de diversos medios internacionales acreditados en Marruecos tomar un avión desde Casablanca con destino a El Aaiún para cubrir los disturbios, los más graves de los últimos años en la capital administrativa del Sahara Occidental.