Tres de cada cuatro brasileños apoya la ola de manifestaciones que, desde hace dos semanas, exigen al Gobierno de Dilma Rousseff mejores servicios públicos, de acuerdo con una encuesta elaborada por el Instituto Ibope para la revista brasileña 'Época'.
En cambio, la mitad de los brasileños que están a favor de las protestas consideran que cambie la situación. Tampoco, entre los encuestados, ha habido una alta participación en las movilizaciones, puesto que solo el seis por ciento ha reconocido que ha acudido a las manifestaciones.
Un 77 por ciento achaca la ola de protestas al deficiente transporte público, un 47 por ciento a la clase política, un 32 por ciento a la corrupción, un 31 por ciento al estado de la Sanidad y la Educación y, por último, un 18 por ciento las atribuye a la inflación.
Sin embargo, entre los encuestados, para casi ocho de cada diez el principal problema del país es el estado de la Sanidad, mientras que, para algo más del 50 por ciento, son la seguridad ciudadana y la educación. Lejos quedan las drogas (26 por ciento), la corrupción (17 por ciento) y la pobreza (11 por ciento).
Las protestas comenzaron hace dos semanas en la provincia de Sao Paulo e inmediatamente se extendieron a Río de Janeiro debido a la subida del precio del transporte público. Las manifestaciones se repitieron, cada vez, en más ciudades.
El pasado jueves, más de dos millones de personas salieron a la calle para pedir más inversión estatal en Sanidad, Educación y Transportes. Rousseff canceló un viaje a Japón y compareció el viernes ante el país para anunciar un paquete de medidas y reuniones con los líderes de las manifestantes, y llamar a la calma.