La administración del presidente de EEUU, Barack Obama, permitió que la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) recabara durante dos años información personal de los estadounidenses como parte del programa de vigilancia destapado por el extrabajador de la agencia Edward Snowden, según publica hoy el diario británico 'The Guardian'.
En particular, la administración dio su beneplácito a un programa especial de vigilancia específicamente centrado en la recopilación de "metadatos" de correos electrónicos. Este programa, conocido como Stellar Wind, comenzó en 2001, pero fue desarticulado temporalmente en 2004 tras un "motín" iniciado por varios altos oficiales del Departamento de Justicia, según informa el 'Washington Post'.
Sin embargo, el programa se reanudó en un nuevo marco legal ordenado en 2007 por el entonces secretario de Defensa, Robert Gates, y prosiguió sin más obstáculos hasta 2011, cuando quedó definitivamente anulado "por motivos operativos y de recursos", según informó a The Guardian el director de comunicaciones de Inteligencia Nacional, Shawn Turner. Obama llegó a la Casa Blanca en enero de 2009.
Además, los nuevos documentos indican que, según el programa, un juez federal era capaz de aprobar, amparado en la llamada Ley de Vigilancia sobre Inteligencia Exterior (FISA), la recolección de "metadatos" --identificaciones ocultas sobre la naturaleza del contenido informático, como fecha, hora, y lugar-- a través de una orden que se renovaba "cada 90 días".
"Las llamadas que haces dicen mucho de ti", apunta Julian Sanchez, del Instituto Cato. "Pero ahora que nuestras vidas están influidas por Internet, los archivos de registro en direcciones IP de páginas web son un mapa de tu cerebro: ¿qué lees, qué te interesa, en qué discusiones participas?", indicó.
Si bien el programa específico ha terminado, los documentos obtenidos por 'The Guardian' indican que hoy en día el Gobierno sigue recopilando información online de los estadounidenses. En diciembre de 2012, la NSA lanzó un programa capaz de analizar todas las comunicaciones siempre que una de las partes se encontrara en territorio estadounidense.