La candidata independiente a la alcaldía de Colonia Henriette Reker, responsable de la acogida de refugiados en esa ciudad alemana, se impuso este domingo por clara mayoría en los comicios municipales, celebrados un día después de que resultara gravemente herida en un ataque presuntamente xenófobo.
Reker, de 58 años y aún en el hospital tras ser operada de urgencia en la noche del sábado, obtuvo un 51 % de los votos, según los resultados difundidos con los datos de 750 centros, del total de 1.024 de esa ciudad, la cuarta de Alemania con 800.000 electores.
La candidata partía ya como favorita, ya que pese a concurrir como independiente contaba con el respaldo de conservadores, verdes y liberales.
Los comicios municipales en Colonia se celebraron bajo el impacto del ataque sufrido por la política por parte de un hombre de 44 años, desempleado y con pasaporte alemán, que tras su agresión dijo haber actuado por xenofobia.
El agresor pasó a disposición del juez de instrucción bajo los cargos de intento de asesinato y de lesiones graves a otras cuatro personas, entre acompañantes de la candidata y ciudadanos que se encontraban en el puesto de propaganda electoral donde se produjo el ataque.
Según el semanario "Der Spiegel", el atacante militó en los años noventa en un grupo neonazi identificado con los orígenes del nacionalsocialismo.
La canciller Angela Merkel y representantes del resto del espectro parlamentario alemán expresaron su estupor por lo ocurrido, que según el ministro del Interior, Thomas de Maizière, refleja la creciente crispación en el país ante la crisis de los refugiados.
Reker se había distinguido durante su campaña electoral por su defensa de la necesidad de integrar a los peticionarios de asilo.
La incesante llegada de refugiados -se espera que este año Alemania reciba a entre 800.000 y un millón de peticionarios- divide al país y Merkel misma se ha visto presionada desde sus filas conservadoras para que frene la llegada de solicitantes.
Los ataques xenófobos a centros de refugiados y situaciones de acoso a políticos identificados con la acogida de peticionarios se han disparado, en paralelo a las tensiones y agresiones entre residentes de albergues y campamentos.