La protección de los derechos humanos es la asignatura pendiente de la mayoría de los partidos políticos birmanos de cara a las elecciones del próximo domingo, señaló hoy la Federación Internacional de Derechos Humanos (FDHI) en un informe.
El 75 por ciento de los partidos se opone a enmendar la ley de 1982 para reconocer la ciudadanía a los rohinyás, una minoría musulmana considerada apátrida, precisó la FDHI en un comunicado basado en el estudio.
Titulado "Medio vacío: Los partidos políticos de Birmania y sus compromisos con los derechos humanos", el informe muestra que el 42 por ciento de las formaciones declina comprometerse a luchar contra la discriminación de los rohinyás, quienes carecen de derechos básicos como el voto.
Los partidos políticos birmanos "deben cambiar de forma significativa" su compromiso con la protección de estos derechos, expresó el presidente de la FIDH, Karim Lahidji, en el comunicado.
"Los antiguos desafíos se mantendrán mientras los partidos no focalicen sus agendas hacia la protección de los derechos humanos", añadió Lahidji.
La secretaria general de la FIDH, junto con la coordinadora de ALTSEAN-Birmania, apoyó la necesidad de ejecutar una "genuina reforma de agenda" por parte de los partidos a través de la derogación de antiguas leyes que "perpetúan la impunidad ante la discriminación".
El estudio califica de "sorprendente" la aceptación generalizada de que los militares ocupen por ley el 25 por ciento en ambas cámaras del Parlamento.
Como contrapunto, el 58 por ciento de los partidos se muestra favorable a establecer una comisión de la verdad y la reconciliación para abordar los crímenes de guerra cometidos en los últimos años por las autoridades.
Además, la libertad de prensa, la abolición de la pena de muerte o la ratificación de los instrumentos de derechos internacionales son algunos de los desafíos que los partidos políticos se plantean a futuro, anota el informe.
Unos 90 partidos y más de 6.000 candidatos concurrirán el domingo que viene en las elecciones birmanas.
Después de casi medio siglo gobernada por militares, Birmania (Myanmar) inició en 2011 un proceso de reformas políticas, económicas y sociales aperturistas dictadas por un Gobierno civil afín al anterior régimen.