El medio centenar de periodistas y voluntarios de distintos países detenidos ayer por la policía macedonia al cruzar la frontera durante el éxodo masivo desde el campamento griego de Idomeni han sido puestos en libertad, confirmó hoy a Efe Javier Bauluz, uno de los españoles retenidos.
En conversación telefónica desde Salónica, el Premio Pulitzer Bauluz explicó que la policía macedonia los puso en libertad esta mañana después de 13 horas retenidos en una comisaría de Gevgelija, la localidad fronteriza situada al otro lado de Idomeni, en cuyo campamento se hacinan más de 12.000 personas en condiciones miserables.
Entre los detenidos figuraban también los periodistas Ane Irazabal, Alberto Sicilia y Mikel Konate.
Bauluz explicó que antes de ser "expulsados" de la Antigua República Yugoslava de Macedonia (ARYM), los informadores y voluntarios tuvieron que pagar una multa de 260 euros por cruzar ilegalmente la frontera.
Además se les ha prohibido la entrada en ese país durante seis meses.
"Se nos dijo que teníamos que pagar 260 euros si queríamos evitar acabar ante los tribunales", explicó Bauluz para añadir que los periodistas lo único que hicieron fue "acompañar" al sinnúmero de personas -"niños, abuelas en sillas de rueda, gente con amputaciones cargadas sobre hombros"- que habían emprendido la marcha desde el campamento de Idomeni.
En principio, ni se podía saber que ya se había entrado en territorio macedonio, pues no había indicación de ningún tipo, añadió.
"Después de estar caminando durante varias horas por un sendero y cruzar el río, de repente aparecieron soldados armados hasta los dientes y con mal talante que nos agarraron y nos amontonaron en dos grupos, dejando que tiráramos las cámaras al suelo", explicó.
Según Bauluz, director de Periodismo Humano, los militares apuntaron con sus fusiles a los que estaban allí, imagen que, añadió, pudo grabar el videoperiodista Mikel Konate.
Uno de los soldados incluso golpeó con su fusil a un compañero griego, remarcó.
La situación fue muy tensa al principio pero luego se fue relajando y ya en comisaría el trato fue "normal" por parte de algunos policías y "grosero" por el de otros.
Los periodistas se habían sumado a un grupo de refugiados al ver que estos emprendieron una caminata con sus mochilas al hombro.
A medida que fueron avanzando se dieron cuenta que había muchos más grupos y, pasadas las horas, "vimos que eran varios miles de personas".
El Gobierno griego cree que el éxodo masivo se debió a una acción "organizada" encaminada a difundir "mentiras", a través de un folleto en el que se decía que el Estado heleno los deportaría en breve a Turquía.
En un comunicado difundido tras una reunión de urgencia celebrada anoche en la sede del Gobierno, el portavoz del centro de coordinación de la crisis de refugiados, Yorgos Kyritsis, calificó el reparto de este folleto de acto de "desinformación sin escrúpulos".
"Sabemos que se han distribuido otros folletos con mentiras que dicen a los refugiados y a los inmigrantes que no se suban en los autocares que ofrece el Estado griego, porque supuestamente serán detenidos y deportados a Turquía. Son todas mentiras", señaló Kyritsis.