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ETA mata al policía Puelles, la primera víctima de la era López

ETA asesinó ayer con una bomba-lapa en Arrigorriaga al policía vizcaíno Eduardo Puelles García, la primera víctima mortal de la banda terrorista en este año y, por tanto, desde que el socialista Patxi López se convirtió en lehendakari el pasado mes de mayo.

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  • Estado en el que quedó el coche de Eduardo Puelles García. -
ETA asesinó ayer con una bomba-lapa en Arrigorriaga al policía vizcaíno Eduardo Puelles García, la primera víctima mortal de la banda terrorista en este año y, por tanto, desde que el socialista Patxi López se convirtió en lehendakari el pasado mes de mayo.

Eduardo Puelles García tenía 49 años, estaba casado y era padre de dos hijos de 16 y 21 años. Nacido en Barakaldo (Vizcaya) el 8 de enero de 1960, ingresó en la Policía en 1982, ascendió a inspector en 2002 y en la actualidad era Jefe de Grupo de la Brigada de Información de Bilbao, entre cuyas tareas está precisamente la lucha antiterrorista.

La víctima residía “de toda la vida” en la zona donde ha sido asesinado y la explosión de la bomba fue oída por su mujer, que desde el primer momento estuvo segura de que su marido era la víctima.

La viuda y los dos hijos tuvieron que ser trasladados al hospital bilbaíno de Basurto para ser atendidos de un cuadro de ansiedad y en este centro sanitario recibieron la visita del lehendakari, Patxi López; el ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, y otros dirigentes políticos e institucionales.

Según un testigo presencial de la explosión, Eduardo Puelles se encontraba, a las 9.05 horas, dentro de su coche, ya arrancado, en el aparcamiento exterior de la calle Santa Isabel, en el límite de la localidad vizcaína de Arrigorriaga con Bilbao.

En ese momento, se produjo la explosión de la bomba-lapa, formada por entre 1,5 y 2 kilos de explosivo y colocada junto al depósito de combustible del coche.

El inspector de Policía chilló y pidió ayuda, pero, según el testigo que se encontraba en el aparcamiento, era imposible socorrerle por las llamas del incendio que se produjo, y que afectó a otros cinco vehículos.

La investigación policial atribuye este atentado, según las primeras hipótesis, a los mismos miembros de ETA que perpetraron otros tres atentados con bomba en Bilbao todavía no esclarecidos y que se cometieron a pocos kilómetros de donde ayer fue asesinado Eduardo Puelles.

Estos atentados fueron sendas bombas contra el escolta Gabriel Ginés y contra una sede socialista, ambos cometidos en el barrio bilbaíno de La Peña (junto a Arrigorriaga) en octubre de 2007 y abril de 2008, respectivamente, y la bomba-lapa colocada en el coche de un agente de la Policía del barrio de Zorroza en septiembre de 2008.

La capilla ardiente por Eduardo Puelles se instalará ayer en la subdelegación del Gobierno en Bilbao y el funeral, al que anunciaron su asistencia los Príncipes de España, se celebrará hoy a las 13 horas a pocos metros de distancia, en la iglesia de San José.

Tras conocerse el nuevo asesinato de ETA numerosas instituciones y partidos suspendieron los actos, como el pleno del Parlamento vasco, que habían programado para ayer y hoy y convocaron actos de repulsa al terrorismo y a este crimen.

Así, hoy habrá concentraciones a mediodía ante las sedes de las instituciones vascas –el lehendakari asistirá a la que tendrá lugar ante el ayuntamiento de Arrigorriaga– y por la tarde en Bilbao se celebrará una manifestación convocada por el lehendakari y todos los partidos democráticos vascos con el lema Por la libertad, ETA No, Askatasuna (Libertad).

El atentado fue condenado por numerosas instituciones, partidos y organismos del País Vasco y del conjunto de España, entre ellos el Rey Juan Carlos.

Así, José Luis Rodríguez Zapatero, expresó su “firmeza y determinación inquebrantable” para acabar con ETA, mientras el presidente del PP, Mariano Rajoy, se mostró convencido de que la derrota de ETA está “más cerca que nunca” y reiteró su “cercanía y colaboración” con el Gobierno Vasco y con el Ministerio del Interior.

Por su parte, el lehendakari, Patxi López, dijo de Puelles que “era uno de los nuestros, un defensor de Euskadi y de los vascos” y el presidente del PNV, Iñigo Urkullu, afirmó que “la banda terrorista ETA está fuera de toda la realidad que vive la sociedad vasca y nunca debió existir”.

La izquierda abertzale reclamó “diálogo” para lograr “un escenario de paz que supere todas las expresiones de violencia” y equiparó el asesinato de Eduardo Puelles a las detenciones de terroristas o la desaparición en Francia del miembro de ETA Jon Anza.

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