Italia empieza este jueves una nueva fase de lucha contra el coronavirus con el cierre de los negocios no esenciales, excepto farmacias o de alimentos, entre otros, para contener esta epidemia que ha contagiado a 12.462 personas y causado la muerte a 827.
El primer ministro Giuseppe Conte pidió anoche al país un "nuevo esfuerzo" después de días de limitaciones de movimiento y cierre de espacios públicos y decretó medidas más restrictivas, tal y como le había pedido la región de Lombardía (norte), la más afectada.
Las medidas estarán vigentes hasta el próximo 25 de marzo.
Desde este jueves quedan suspendidas todas las actividades comerciales al detalle y se garantiza la apertura de tiendas de alimentos siempre y cuando permitan una entrada ordenada de las personas para que mantengan un metro de distancia entre sí.
También estarán abiertas las farmacias, parafarmacias, quioscos, estancos, los bancos y las empresas del sector agrícola y de transformación alimentaria que ofrecen bienes y servicios, siempre garantizando las medidas de seguridad.
Cierran desde este jueves restaurantes, pub, bares, heladerías, pastelerías, peluquerías, barberías, estudios estéticos, sumándose ya a otros espacios clausurados en los últimos días como cines, teatros, museos, iglesias, escuelas o universidades.
Conte pidió a las empresas que sigan abiertas que apuesten en la medida posible por el teletrabajo, incentiven las bajas y libranzas retribuidas de los empleados, se desinfecten sus instalaciones y se suspenda la actividad de las compañías "no indispensables".
El coronavirus en Italia ha dejado ya 827 fallecidos y el número de contagios totales son 12.462, contando con los curados, los enfermos actualmente y los muertos, según datos de Protección Civil.
El Gobierno italiano decidió el lunes decretar hasta el 3 de abril la restricción de movimiento en todo el país y prohibió temporalmente las concentraciones públicas y los eventos deportivos.