La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Granada ha condenado a cuatro años de prisión por lesiones a un joven de 24 años que atropelló con su coche a un vecino de 41 con el que estaba enemistado, acelerando marcha atrás en una calle sin salida de Las Gabias, en el área metropolitana de Granada.
La Fiscalía, que ya había introducido en sus conclusiones definitivas la calificación alternativa de los hechos como delito de lesiones, había pedido nueve años de prisión para este hombre por supuesto homicidio en grado de tentativa, petición de cárcel a la que se unía la acusación particular ejercida por la víctima.
El procesado también es condenado al pago de una indemnización de 20.948 euros en concepto de responsabilidad civil, y con una orden de alejamiento por cinco años, según consta en la sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, y que detalla que los hechos se remontan al 26 de agosto de 2016, y que "desde antiguo las relaciones" con la víctima y entre "sus familias no eran buenas".
Sobre las 11,30 horas, el vecino estaba cruzando la calle, cuando el ahora condenado, "aprovechándose de manera deliberada de la potencialidad para menoscabar la integridad física que tenía su automóvil" de alta gama, dio "un fuerte acelerón" marcha atrás con el mismo, golpeando al otro, que cayó al suelo, "quedando parte de su cuerpo bajo el vehículo", indica la Sección Primera en la sentencia, la cual, según fuentes del caso consultadas por Europa Press, está recurrida ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía por la defensa, que pedía la libre absolución, tras aducir que el atropello fue "accidental" tras "un incidente relacionado con un menor por la mañana".
Los hechos probados apuntan, según el tribunal, que el procesado se marchó dando "otro fuerte acelerón" hacia adelante, mientras quedó en el suelo una mancha de sangre de la víctima, y, en la calle, "una marca dejada por la proyección de arena y tierra".
El responsable fue detenido ese mismo día a las 21,50 horas, mientras que el agredido, cuya vida no estuvo en peligro, sufrió un traumatismo craneal, abrasiones en piernas, espalda y cadera, con distintas fracturas, lesiones que requirieron dos días de hospitalización y 155 días en curar. Además, estas heridas generaron estrés post traumático, y una lesión cervical, entre otras secuelas.
La sala descartó que los hechos pudiesen estar motivados por la intención de matar a la víctima, ya que, aunque "las relaciones entre atacante y atropellado no eran buenas, y que el instrumento utilizado, el vehículo, era peligroso", entre otras cuestiones valoradas, hubo "inexistencia de repetición en el ataque y en el golpe", y no hay "prueba de que el acusado conociera" que el vecino "quedó en parte bajo el vehículo, no habiendo sido alcanzado por lo demás por ninguna rueda".
El juicio se celebró el pasado 15 de julio tras ser aplazado por la crisis del coronavirus después de haber sido señalado, según informaron a Europa Press fuentes del caso, para el 2 de junio de este mismo año. Se daba la circunstancia de que la Audiencia ya había suspendido la vista el 5 de diciembre anterior por baja laboral del guardia civil instructor del atestado.