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Montero celebra los 30 años de ?Crónica del desamor?

Treinta años después de publicar Crónica del desamor, Rosa Montero vive estos días con ?incredulidad? y ?cierto vértigo? la reedición de la que fue su primera novela, en la que intentó retratar los tiempos ?confusos, agitados y llenos de miedo y de esperanza de la Transición?.

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  • Imagen de archivo (Madrid, 07/05/08) de la escritora Rosa Montero. -
Treinta años después de publicar Crónica del desamor, Rosa Montero vive estos días con “incredulidad” y “cierto vértigo” la reedición de la que fue su primera novela, en la que intentó retratar los tiempos “confusos, agitados y llenos de miedo y de esperanza de la Transición”. 

“Fue una época en donde toda la sociedad española tenía la sensación de estar inventándose un mundo nuevo”, afirma Montero en una entrevista con Efe, en la que habla de esta novela que, pese a ser “muy juvenil y muy precaria”, tuvo “un éxito increíble”. 

Publicado inicialmente por Debate, el libro se reeditó decenas de veces, pero hace “23 ó 24 años” la autora decidió no sacarlos más. Sin embargo, la buena acogida que tuvo la novela le dio seguridad y confianza “para seguir escribiendo narrativa”. 

Ahora, quizá “por celebrar que han pasado treinta años y seguimos vivos”, o quizá porque cada vez que Rosa Montero (Madrid, 1951) iba a las ferias del libro los lectores le preguntaban por Crónica del desamor, la escritora ha querido darle una nueva oportunidad. 

“El año pasado me la pidieron un montón de lectores, gente de mi edad, que la recordaban como parte de su juventud, y gente joven, porque sus padres se la habían recomendado. Y de repente me enternecí. La novela misma se ganó este perdón y este regreso”. 

“Pensé que quizá este libro era casi tanto de los lectores como mío... Que quizá formara parte del pasado emocional de una generación, como tantas otras cosas de aquella época”, añade la escritora. 

La génesis de esta novela la recuerda la autora en el prólogo de la edición que Alfaguara publica estos días. 

Montero había empezado a escribir ficción en la niñez y sabía que, antes o después, terminaría sacando una novela, pero se sentía “muy insegura” y no tenía “ninguna prisa por hacerlo”. 

“Creo que es en lo único en lo que he sabido ser paciente en mi vida: en la escritura”, dice esta periodista y narradora, cuya trayectoria ha sido reconocida con premios como el Nacional de Periodismo, el Primavera de novela por La hija del caníbal, el Grinzane Cavour por La loca de la casa o el Mandarache por Historia del Rey transparente. 

En el 78, Paco Pabón, de la recién creada editorial Debate, le encargó a Montero un libro de entrevista a mujeres, “con un sesgo feminista”, pero como ella hacía tantas para el periódico, no le acababa de seducir la idea y al final le propuso al editor “una novela que hablara de la vida de las mujeres”. 

Así fue cómo nació Crónica..., “una fotografía de los años setenta”. 

A través de la historia de Ana, la protagonista, una mujer que debe conciliar su trabajo como redactora de una revista con el cuidado de su hijo, con sus desamores y la convulsa vida de aquellos años, la autora dibuja “un retrato apasionado y vibrante del momento”, pero también “superficial, esquemático e inmaduro”, reconoce en su entrevista con Efe. 

Y es que Rosa Montero es muy ambiciosa como novelista, y cuando escribió este libro sabía “lo lejano” que quedaba de sus sueños. Por eso, lo llamó Crónica, porque ni siquiera se atrevía a llamarlo novela. 

El enorme éxito que tuvo el libro se lo atribuye a que “supuso una nueva manera de contar la vida”. 

“Durante los últimos años del franquismo y primeros de la Transición, la vida real era algo que se vivía todo los días pero de lo que no se hablaba. 

Era casi como clandestina. Y de repente salió esta novela que reflejaba esa realidad, y que lo hacía de una manera sencilla, reconocible y directa”, comenta la autora de Instrucciones para salvar el mundo, su último trabajo narrativo. 

Esta mujer que intenta atrapar en cada una de sus novelas “las imágenes confusas y vertiginosas de los sueños”, no relee nunca sus libros después de publicarlos y, por supuesto, tampoco lo ha hecho con Crónica del desamor, entre otras razones porque guarda “una memoria muy crítica” de él y no quería “sentir la tentación de cambiarlo”. 

“Si al final he decidido publicar de nuevo Crónica del desamor es porque creo que puede ser un testimonio del momento. Y para guardar ese valor intacto, no hay que tocar el libro”, añade.

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