Una guitarra, un escenario y un público. Los tres elementos que le faltaron a Antoñito para ofrecer a su pueblo una noche inolvidable en la céntrica Plaza de la Merced. Tenía ganas, e incluso le suponía una responsabilidad subirse al escenario como protagonista de las Fiestas Patronales del pueblo que lo vio crecer personal y profesionalmente. Sin embargo, todo fueron nervios hasta que el cantante puso un pie en la madera.
Los primeros acordes sonaron y, en un abrir y cerrar de ojos, la plaza, abarrotada de amantes de la música, fiel seguidores del cantante o aquellos con ganas de pasarlo bien, empezó a aplaudir. Entre estribillo y estribillo, Antoñito Molina no dejó de dar sorpresas. El cantante, tras su hit más reproducido de su última temporada, "Me estoy volviendo loco", subió al escenario con otro de los grandes, Juanlu Montoya. Tras cantar con él "una manera peculiar de vivir" el roteño dedicó unas palabras al utrerano, a quien agradece su trabajo por acompañarle en la composición de sus últimos temas.
En muchos momentos, entre tema y tema, Antoñito Molina agradeció a los asistentes por vivir con él este momento tan especial para él y clamó que esa noche tenían todos "motivos para pasarlo bien" tras la pandemia.
Un pueblo de Rota, entregado con el artista, vivió como nunca el concierto, por excelencia de las Fiestas Patronales, cantando y bailando -guardando la distancia de seguridad- al son de las melodías del cantante y su banda.
