La Archicofradía dejó el manto celeste y la saya blanca y los cambió por los colores concepcionistas primitivos.
La Archicofradía ha destacado cómo su Virgen de la Trinidad se encuentra ataviada con los colores concepcionistas primitivos, tomando como ejemplo la visión pictórica realizada por el genial maestro del barroco, Francisco Pacheco en 1624 para la Parroquia sevillana de San Lorenzo, destacando en perfecta armonía los colores rosa y azul, en lugar de celeste y blanco.