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San Fernando

Un protocolo más otro protocolo, dos protocolos... de intenciones

Defensa y Ayuntamiento han firmado en 2016 y 2017 sendos protocolos de intenciones idénticos para abrir Torrealta y dice Cano que alguien se explique.

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  • Torrealta.

Hay ocasiones en las que queda clara la diferencia entre un protocolo y un convenio. Y ni hablar de eso que llaman protocolo de intenciones, que no pasa de un simple acto protocolario que obliga a nada.

Protocolo es, por ejemplo, el que se firmó en 2002 para la desafectación de 350.000 metros cuadrados del acuartelamiento de Camposoto, aunque el Ayuntamiento quería 800.000 metros para un campo de golf y al final se quedó sin nada.

Entre otras cosas porque los andalucistas de la época nunca presentaron un proyecto de verdad, con dinero detrás para ejecutarlo. Y se decía que se podían haber conseguido otro casi medio millón de metros.

Como aquello era un protocolo y además sólo sirvió para que los políticos presentaran infografías en tiempo electoral a cual más más bonita e irrealizable, no quedó en nada.

Convenio de colaboración es otra cosa. Ese es de obligado cumplimiento aunque no siempre se cumpla por imperativos o por imprevistos, pero en el caso de Torrealta, que ha salido en prensa dos veces ya anunciando que será un complemento turístico más para la ciudad -una ciudad con muchos complementos turísticos pero sin el traje- ya ha llegado a mosquear al diputado provincial de Ciudadanos, Javier Cano, que es el hombre que esta ciudad y la provincia tiene en Madrid calentándole la cabeza a la Administración del Estado a base de preguntas todas las semanas.

Esta vez Javier Cano ha preguntado al Gobierno de la Nación sobre el convenio firmado entre el Ayuntamiento de San Fernando y el Ministerio de Defensa para la rehabilitación del edificio conocido como Torre Alta y su grado de ejecución.

Recuerda el diputado isleño que en diciembre del año 2016 el Ayuntamiento de San Fernando y la Dirección General de Infraestructura del Ministerio de Defensa firmaron un protocolo que contemplaba determinadas actuaciones en el ámbito del Real Observatorio de la Armada y venía a poner las bases para que estas dependencias militares se conviertan en uno de los principales atractivos de la ciudad en materia de promoción turística y patrimonial.

En ese protocolo se fijaba el compromiso del Ministerio de Defensa de llevar a cabo las actuaciones necesarias para rehabilitar Torre Alta, ejecutándose en dos fases. La primera estaría finalizada en un plazo de entre 12 y 15 meses, y consistía en acondicionar el acceso al entorno de la torre, configurar su planta baja como sala informativa, reparar la escalera de acceso a la azotea y la salida a la cubierta, colocar protecciones en la misma y el pintado de la propia torre.

La segunda fase se centraría en el resanado de las plantas intermedias. Por su parte, el Ayuntamiento tendría que cumplir con la solicitud de Defensa de cesión de un tramo de la calle Héroes de Simancas para garantizar la seguridad de las parcelas donde se ubica el nuevo Edificio de la Hora y Torre Alta.

En marzo de 2017 el Ayuntamiento isleño y el Ministerio de Defensa vuelven a firmar un protocolo. “Lo curioso es que este documento es idéntico al interior y por ello nos gustaría saber  cuántos protocolos se han firmado, cuáles son los compromisos de cada administración y el grado de ejecución del mismo”, ha apuntado el diputado, porque lo que sí está claro es que si finalmente se hace algo, “el  Observatorio sumará un nuevo atractivo turístico en tanto ultima la puesta en marcha del nuevo laboratorio de la Sección de Hora, que supondrá para este centro científico un importante salto cualitativo”.

Pero claro, un protocolo más otro protocolo, sólo son dos protocolos. De intenciones.

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