El presidente de la Fundación Donando Vidas, Eduardo Rangel, vivió un intenso fin de semana, en el que apenas pudo dormir por la responsabilidad que supuso organizar la Ultramaratón de la Vida. Este gran acontecimiento llegó a reunir a 1.000 deportistas procedentes de distintos puntos de España. Portugal y Grecia también estuvieron presentes. El Ultrakids, la Nocturna Monumental y la propia Ultramaratón de la Vida hicieron posible que Sanlúcar de Barrameda estuviera muy ambientada en una época muy cercana a la Navidad y en donde el mensaje de la importancia de la donación de órganos ganó muchos enteros.
Eduardo, ¿qué valoración hace de la Ultramaratón de la Vida 2018? —Es para estar contentos porque todo ha sido un éxito. Lo principal es que no ocurriera nada. Era el objetivo número uno, que no pasara nada. Hay que tener en cuenta que han participado muchos corredores y muchos ciclistas. Todo salió bien pero uno donde más miedo pasa es con los ciclistas.
Hubo una importante participación local. ¿De dónde procedían los demás corredores o ciclistas? —A nivel nacional hemos tenido la participación de deportistas procedentes de Cataluña, el País Vasco, Galicia y Valencia, por poner varios ejemplos. Valencia estuvo en Sanlúcar con un equipo parecido al de Donando Vidas.
¿Qué valoración puedes hacer de las tres pruebas que englobaron la Ultramaratón de la Vida? —La participación en la Ultrakid fue gratuita. Cada dorsal equivalía a un kilo de alimentos para Cáritas. Nos comunican que se recogieron unos 300 kilos de alimentos que va en consonancia al número de participantes que hubo cuando otros años tomaron la salida unos 50 ó 60 niños. La Noctuna Monumental fue espectacular, en torno a 220 atletas. Ello quiere decir que nuestro mensaje va llegando cada vez más lejos. Y si nombramos la Ultramaratón de la Vida, que cerraba la programación, pues volvemos a hablar de otro éxito porque hubo más de 400 personas compitiendo a pie y unas 333 en bicicleta.
¿Qué le pareció el traslado desde Bajo de Guía hasta Bonanza de los participantes para tomar la salida en la segunda zona mencionada? —Fueron seis viajes espectaculares, algo que hay que agradecer. Todo fue muy bonito y en este sentido quiere darle las gracias a Cristóbal Anillo porque se portó muy bien con nosotros. Su predisposición para el desplazamiento de los deportistas hasta el punto de partida fue muy buena.
Me imagino que organizar este evento deportivo, social y solidario no será nada fácil... —Quiero agradecer al voluntariado y a la Policía Loca por el trabajo que hicieron porque cualquier detalle puede desbordar a la organización ya que es imposible controlar todo. El voluntariado estuvo pendiente de los cortes de calle, del avituallmiento y de lo que pudiera ocurriera en la meta. Es difícil encontrar a gente dispuesta a colaborar el día entero. Ellos son el corazón de la Ultramaratón de la Vida porque sin los mismos sería imposible organizar todo lo que hemos montado. También quiero nombrar a las Fuerzas de Seguridad del Estado, como igualmente a Protección Civil y al Patronato Municipal de Deportes, sin olvidarme del Ayuntamiento de Sanlúcar, que se ha volcado con nosotros y se ha portado muy bien.
Supongo que tras estos días de tensión porque la responsabilidad es máxima por la difusión que se le ha dado a la ciudad y por la importancia que tiene el mensaje de organización dormirá bien antes tantas gestiones y llamadas realizadas... —De eso estoy seguro, que voy a dormir bien. Han sido tres días sin hacerlo porque he cogido la cama muy poco. El día anterior a la última prueba ni la vi porque la noche fue de mucho ajetreo porque estuvimos muy liados para que todo saliera bien, que afortunadamente fue así.