Migasa se acerca al olivo, literalmente. El grupo aceitero sevillano, el mayor de este sector de capital español con ingresos de 940 millones en 2015, anunció hace una semana la compra de la mayoría de Almazara Jiménez, en Los Villares (Jaén). Si excepcional ha sido que la empresa haya comunicado públicamente una operación corporativa, no lo es tanto que haya vuelto a tomar posiciones en el primer eslabón de la cadena del aceite de oliva, el de la producción.
La compañía controlada por la familia Gallego ya tenía presencia en otras dos almazaras. Primero, la de Oleo Verde en Villanueva de Algaidas (Málaga), que produce aceite de oliva, de orujo y orujo de aceituna. Está, también, asociada con la cooperativa La Cañada de Morón de la Frontera desde 2012 para explotar conjuntamente una almazara en esta localidad. Esta almazara tiene además varias marcas propias y una experiencia de 60 años en el mercado.
Por eso, la toma de la mayoría de Almazara Jiménez es una sorpresa relativa. Fuentes del sector aceitero andaluz explican que Migasa tiene intención de seguir incorporando entre dos y tres almazaras más a medio plazo, y que lleva un par de años intensificando las gestiones para sumar más instalaciones de producción. “Los clientes, en especial los internacionales pero también cada vez más en España, valoran que sus proveedores no sean sólo intermediarios envasadores, sino que controlen toda la cadena de valor del aceite desde el olivo hasta la estantería del supermercado”, explican las mismas fuentes. Migasa exporta a más de 80 países y su planta de envasado de Alcolea (Córdoba) está especializada en formatos como lata o cristal para atender la exportación.
A ello se añade que sus principales competidores, como la portuguesa Sovena o las españolas Acesur y Dcoop (en especial esta última por ser cooperativa) tienen presencia bien asentada en el primer eslabón de la cadena. exportación.
Patrón de crecimiento
Las mismas fuentes explican que existen actualmente en el mercado entre 10 y 15 almazaras en venta en España, algunas de ellas en manos de entidades bancarias. Y algunas también con fincas de olivo anexas. Están en Andalucía y Extremadura fundamentalmente. No obstante, socios de Migasa, como Miguel Gallego, poseen también a título particular fincas de olivar y con planes de expandirlas, según esas fuentes.
Migasa ha aprovechado además la situación de paralización de la almazara jienense como base para hacerse con la mayoría del capital. Este es un patrón de crecimiento que el grupo familiar andaluz ha seguido a lo largo de su trayectoria para ampliar su base de negocio.
Así ocurrió con Rafael Salgado (marca muy potente en varios países árabes) o  Mueloliva (con fuerte presencia en China, entre otros mercados), marcas que han seguido comercializándose gracias al apoyo financiero de Migasa cuando ambas atravesaron problemas económicos.
