Un equipo multidisciplinar de geólogos y paleontólogos de las
Universidades de Sevilla, Huelva, Lisboa, Naturtejo Global Geopark y Coimbra (Portugal), Toronto (Canadá), Atacama (Chile) y del Geological Survey de Japón han encontrado en una duna fósil de Gibraltar las primeras evidencias de una huella de adolescente neandertal de hace aproximadamente 29.000 años.
Se trata del segundo lugar en todo el mundo en el que se detectan huellas de neandertal.
Según ha informado la Universidad de Sevilla en un comunicado, el grupo de investigadores halló estos restos tras analizar el paleopaisaje de una duna ubicada en la zona de Levante del Peñón. Además de esta pisada humana, que se remonta a 28.300 años según dataciones absolutas por luminiscencia estimulada ópticamente -OSL por sus siglas en inglés-,
han aparecido otras pertenecientes a la fauna que poblaba la zona, como cabras, linces, ciervos, leopardos e incluso elefantes.
Los expertos descubrieron las huellas gracias a una antigua cantera de arena, hoy abandonada, que sufre frecuentes desplomes de sedimentos y deja al descubierto estas pisadas, algunas en sección vertical y otras como relieves.
En el trabajo de investigación, cuyos resultados se publicarán en la prestigiosa revista
Quaternary Science Reviews, el profesor del Departamento de Cristalografía, Mineralogía y Química Agrícola de la Universidad de Sevilla y autor principal del artículo, Fernando Muñiz, así como otros colegas portugueses sometieron las muestras obtenidas a estudios de laboratorio y encontraron en los cortes restos de huellas de vertebrados.
En uno de los análisis fue cuando reconocieron la pisada humana.
"Para los investigadores clásicos datar hace 28.000 o 29.000 años la huella de un neandertal es aún objeto de polémica, puesto que en teoría su desaparición ocurrió hace 40.000 años, sin embargo, las evidencias sobre las que hemos trabajado en los registros de cuevas de Gibraltar demuestran una ocupación muy tardía de esta zona por humanos neandertales ya que fue un refugio climático y de recursos alimenticios para estos últimos habitantes", han aclarado el propio doctor Muñiz y el codirector del proyecto y catedrático por la Universidad de Huelva, Joaquín Rodríguez Vidal.
"Llevamos casi 30 años trabajando en el proyecto de Cuevas de Gibraltar, gracias a la financiación de los Gobiernos de España y Gibraltar, y ya en 2006, tras una publicación en la revista Nature, este territorio se convirtió en un lugar paradigmático pues se encontraron, pese a la resistencia de otros investigadores y expertos, las últimas evidencias de la presencia de los neandertales en Europa", ha asegurado Rodríguez Vidal.
"Ya entonces, demostramos que los restos de industria Musteriense eran más tardías que las aparecidas en otros lugares de Europa", ha añadido el catedrático, recalcando que durante los últimos años se han dado varios "descubrimientos únicos", como las primeras evidencias mundiales de grabados realizados por neandertales
encontrados en la Cueva de Gorham, hoy Patrimonio de la Humanidad.
"Una línea de vídea"
Los depósitos de arena del Pleistoceno eólico registrados en el Peñón de Gibraltar son una perfecta "línea de vida" para los investigadores. En zonas, estas acumulaciones forman rampas de arena de hasta 35 grados de pendiente, un kilómetro de largo y hasta 300 metros de altura. "Son arenas ligeramente carbonatadas y débilmente cementadas, lo que hace que cualquier registro se conserve en óptimas condiciones" han apuntado Muñiz y Rodríguez Vidal.
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En estos lechos se han reconocido hasta cinco morfotipos de huellas de mamíferos pertenecientes a Homininae, Proboscidea, Artiodactila y Carnivora" ha comentado el doctor Muñiz.
La afinidad entre las huellas y sus marcadores se ha establecido en base a sus parámetros físicos, la forma, su comparación con huellas similares y la correlación con la fauna fósil de vertebrados descrita en el Pleistoceno tardío en cuevas de Gibraltar.
"Estos hallazgos representan el primer registro paleoicnológico en los sedimentos eólicos de Gibraltar y corroboran indirectamente la ocupación del paisaje de dunas costeras por varios mamíferos terrestres durante el Pleistoceno tardío", han apostillado los autores del trabajo.