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Sevilla

No hubo "masificación" en el bar donde se produjo el altercado con el delegado Cabrera

El informe de la Policía Nacional asegura que "no había ningún problema de seguridad" por lo que la llamada del 112 "no se ajustó a la realidad"

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  • Juan Carlos Cabrera. -

La Policía Nacional ha remitido ya al Juzgado de Instrucción número 13 de Sevilla, que indaga el altercado acontecido el día de Reyes en el restaurante 'Princi.Pico' a cuenta de la denuncia de Vox contra el concejal hispalense de Gobernación, el socialista Juan Carlos Cabrera, por su papel en dicho incidente, el informe solicitado por tal instancia sobre la actuación de sus agentes en dicha situación.

En el mencionado informe, recogido por Europa Press, la Jefatura Superior de Policía en Andalucía Occidental detalla que aquel 6 de enero, la sala de control del número 091 recibió "una llamada" del servicio unificado de emergencias 112 con relación al mencionado asunto a las 14,46 horas, comisionando a ocho agentes hacia el restaurante bajo la premisa de que "al parecer mil personas estaban aglomeradas en un bar".

Al llegar los agentes al restaurante, según dicho informe, los mismos no percibieron "ninguna zona masificada" y lo vieron "todo en orden", concluyendo su actuación a las 15,07 horas, antes de que llegasen allí los primeros efectivos de la Policía Local a las 15,20 horas.

Vox, que había solicitado este informe junto con otros aspectos que le han sido denegados, defiende al respecto que el informe de la Policía Nacional prueba que "no había ningún problema de seguridad en el citado restaurante el día de Reyes", con lo que "la información facilitada por la llamada al 112 no se ajustó a la realidad y no pudo ser el motivo de ninguna sanción ni inspección exhaustiva".

"Esta información desmonta la teoría que tanto Juan Carlos Cabrera como Pérez Arteaga han mantenido desde el inicio y deja como único motivo real de dicha inspección la llamada personal entre ambos, que además fue previa a la llamada al 112", sostiene Vox, mientras el superintendente jefe de la Policía Local defiende que el despliegue de sus agentes derivó de un "aviso recibido a través del 112 al que se incorporó información" que el edil Cabrera había dado sobre el asunto al jefe de la Policía Local minutos antes en una de sus "muchas conversaciones" diarias sobre cuestiones operativas.

En las diligencias pesa así un informe firmado precisamente por el superintendente jefe de la Policía Local y recogido por Europa Press, en el que dicho mando policial precisa que la movilización de sus efectivos por este asunto derivó de "una activación por parte de Emergencias 112" que fue "complementada con información posterior" del concejal de Gobernación en "una de las diferentes conversaciones telefónicas" mantenidas ese día entre el citado edil y este responsable policial con motivo del incendio declarado la noche antes en un geriátrico "y otros aspectos".

TRAS EL INCENDIO DEL GERIÁTRICO

El citado mando policial especifica que por razones de servicio, mantiene "muchas conversaciones" a diario con el edil de Gobernación y ese día esas "conversaciones aumentaron" a cuenta de los aspectos posteriores al mencionado incendio, "uno de los sucesos más graves en los últimos años en la ciudad".

En el documento, el superintendente jefe de la Policía Local explica que habría sido a las 14,44 horas del 6 de enero cuando el 112 habría recibido la mencionada llamada inicial alertando de un "exceso de aforo y ausencia de medidas de seguridad" en el citado restaurante, toda vez que sobre las 14,30 horas, según este mando policial, en una de las citadas conversaciones telefónicas el concejal le había "relatado" ya el incidente en un momento en el que el mismo estaba ya "fuera del establecimiento" y marchándose a otro lugar.

Dicho incidente, recordémoslo, consistió en una discusión al negar los responsables del restaurante al edil y a sus familiares una mesa para diez personas cuando dicha jornada festiva sí estaba permitido tal número de comensales a la mesa merced a las estipulaciones de la Junta de Andalucía en el marco de las prevenciones frente a la pandemia. Además, les habría sido denegada la hoja de reclamaciones.

EL SUPERINTENDENTE Y EL INTENDENTE

Fue tras "comentar lo ocurrido" el superintendente jefe de la Policía Local a un intendente, cuando "se decide enviar a un patrullero y a un subinspector", una "decisión ni promovida ni sugerida" por Cabrera, pesando un informe de un agente dando cuenta de su movilización para este incidente a las 14,30 horas. Después, según el jefe de la Policía Local, fue detectado que había un requerimiento del 112 "aún sin aceptar o recepcionar" sobre dicha situación, siendo finalmente aceptada la generación del "suceso" en términos operativos y comenzando la inspección a las 15,20 horas.

Con tales aspectos sobre la mesa, el mencionado mando de la Policía Local concluye que "el motivo por el que acude la Policía Local" al restaurante "fue el aviso recibido del 112, al que se incorporó la información" que Cabrera "había ofrecido" al superintendente jefe de la Policía Local.

Señalando que merced a las gestiones del 112 consta una "anotación de la Policía Nacional" sobre el envío de dos patrulleros al restaurante a cuenta de la llamada de alerta, el citado responsable de la Policía Local indica que "con toda probabilidad" los agentes de la Policía Nacional llegaron antes que los de la Policía Local, sin que coincidiesen los efectivos de tales cuerpos.

ACTUACIÓN "DENTRO DE LA NORMALIDAD"

Así, el citado mando resume que la intervención de la Policía Local se desarrolló "dentro de la normalidad en este tipo de intervenciones", sin "más dotaciones que las contempladas en la práctica diaria", teniendo en cuenta que "las unidades de apoyo "se entienden dentro del protocolo de autoprotección policial".

Además, la actuación se prolongó "lo estrictamente necesario", implicando "algo más de tiempo por una cuestión de entrega de documentación del local, práctica normal". En cualquier caso, el superintendente jefe de la Policía Local asegura que "ninguna de las actuaciones vino promovida, dirigida o sugerida" por Cabrera, que es "absolutamente ajeno a las mismas y declinó formular denuncia".

Vox considera que el asunto implica presuntos delitos de coacciones, abuso de autoridad, prevaricación, de odio y de desorden público al considerar que el edil Cabrera "utilizó su posición de delegado de Gobernación para montar un dispositivo en el citado restaurante", mientras el PSOE achaca a este partido una "cacería política".

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