El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ha afirmado este viernes que la dimisión o cese del director General de la Guardia Civil que reclaman distintos grupos de la oposición por su gestión tras la tragedia de Ceuta, "no" está sobre la mesa.
Con ese monosílabo contestaba en rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros sobre este particular, después de que el Grupo Socialista, entre otros, haya incidido en la necesidad de cesar a Arsenio Fernández de Mesa por las sucesivas versiones contradictorias sobre las circunstancias que rodearon la muerte de 15 migrantes camino de Ceuta.
Asimismo, el ministro ha defendido el "ejercicio de transparencia" de su departamento y ha explicado que no se mostró la totalidad de las grabaciones de audio de las comunicaciones entre agentes de la Guardia Civil ante el Congreso porque son "horas y horas" pero sí se ofreció "lo sustancial".
"Se dieron a conocer los audios correspondientes al intercambio de comunicaciones entre los operativos de la Guardia Civil que actuaban sobre el terreno y el centro de operaciones complejas, no la totalidad, pero es que estamos hablando de horas y horas. Lo sustancial que afecta a los 22 minutos de las 7.48 a las 8 de la mañana, que es cuando se produjeron los trágicos acontecimientos, están ahí recogidos", ha asegurado.
Estos audios se ofrecieron el pasado miércoles en comparecencia en el Congreso del secretario de Estado de Seguridad en un montaje con fragmentos de los vídeos grabados por las cámaras de seguridad que previamente se habían difundido en la web del Ministerio del Interior. Diversos grupos parlamentarios criticaron omisiones en la selección audiovisual, pues no dejaba ver ni los momentos en que los agentes dispararon material antidisturbios ni escuchar las órdenes o comunicaciones al respecto.
El ministro ha reiterado que "el Gobierno quiere mirar hacia el futuro" después de la tragedia de Ceuta, lo que a su juicio "significa que el fenómeno de la inmigración tiene suficiente entidad" como para que gobierno y oposición sean "capaces" de ponerse de acuerdo y acometer "una auténtica política de Estado" que, además, muestre unidad ante la Unión Europea.