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'El Albero' homenajea a los toreros de Conil

La Peña El Albero ha tenido el bonito gesto de recordar y darles un homenaje merecido a siete toreros conileños. Ayer jóvenes, hoy peinando canas, pero con la memoria fresca de aquellos años, difíciles de olvidar por muchos calamidades que pasaran

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  • Imagen del acto en la peña taurina 'El albero' de Conil.

En la década de los 60 la imagen del maletilla   con su hatillo al hombro,  era una estampa habitual por las carreteras en busca de algún tentadero donde poder demostrar sus cualidades y ganas de ser toreros. Jóvenes que dieron sus mejores años de su vida, en busca de la gloria del toreo, aunque tuvieran que soportar toda clase de sufrimientos, frío, hambre, miedo,  largas horas de camino y hasta cornadas. La ilusión estaba por encima de todo. Fue la  época de  El Cordobés, Andrés Vázquez, Palomo Linares, eran el espejo donde se miraban. Como dice la parábola evangélica, “muchos son los llamados y pocos los escogidos”.

Por aquellas fechas un puñado de chavales  surgieron en la marinera y agrícola ciudad de Conil. Se zapateaban las fincas de Jandilla, Los Alburejos, Fuente Rey, Alventus,  Los Derramaderos, Bolaños, El Pradillo, La Quinta, Martelilla, entre otras,  situadas en la ruta del toro bravo.  El regreso  en auto-stop, donde los camioneros, según cuentan los recogían. Otras veces tocaba regresar andando por las carreteras y caminos polvorientos de entonces. Por torear una vaca, sacrificaban lo que fuera necesario. Algunos llegaron a torear con picadores, otros en novilladas de las llamadas económicas o becerradas.

La Peña El Albero ha tenido el bonito gesto de recordar y darles un homenaje merecido a siete toreros conileños. Ayer jóvenes, hoy peinando canas, pero con la memoria fresca de aquellos años,  difíciles de olvidar por muchos calamidades que pasaran. Los entusiastas  peñistas logró reunirlos, gracias al asesoramiento de El Mirlo, socio fundador de la entidad y también antiguo torero. Participaron Antonio Sánchez “El Trueno”, Ambrosio Mures”Banquete”, Sebastián Manzorro, Pedro Galindo, Manuel Lara,  y Manuel Fuentes“Barrena”. Excuso su asistencia por encontrarse de viaje Manuel Camacho “Niño de la Prensa”.Los cronistas taurinos gaditanos José Reyes,  de la Voz,  y quien esto firma,  presentaron y moderaron el acto que resultó entretenido y a la vez aleccionador.


Cada torero contó sus andanzas y vicisitudes, no exenta de nostalgia y su mijita de gracia, por como se expresaron. Así El Trueno que actuó en la  desaparecida plaza de toros de Cádiz  hasta cuatro veces y a plaza llena con Manolo Aibar,  Rafael Jiménez Márques, Antonio González y ante novillos de  Cebada Gago, que empezaba a despuntar y  Ana Romero, comentó entre otras cosas que “le salió un ventajoso contrato para México, tras sus triunfos  en Cádiz y su parecido físico con Manolete”. Su apoderado de entonces  se entretuvo  pensando entre la desconfianza y los” porcentajes que le correspondían, perdí un contrato de 50.000 pesos de entonces”.

Por su parte  Ambrosio Mures participó en  buen número de novilladas en la zona Madrid con éxito,  .debutando  con picadores en San Sebastián de los Reyes. El apoderado San Nicolás, se preocupó de que trabajara más en su finca, que buscarle contrato. Sebastián Manzorro, aunque no toreó mucho siempre se entregó hasta que se aburrió. Manifestó “lo duro que es  ser torero “.  Pedro Galindo contó que en 1963 se llevó veinticinco días en la puerta de la  plaza de la Perseverancia en Algeciras, pidiendo una oportunidad y la consiguió con éxito”.

Contundente  y claro fue Manuel Lara, al comentar “que para ser torero hay que hacerse en el campo y tener mucha afición, lo demás es cuento.”. Finalmente Manuel Fuentes Barrena, desveló una anécdota:” un día después de torear en una becerrada en un poblado cerca de Conil, me tuve que venir andando  y vestido de luces hasta casa”. Estas y otras experiencias y vicisitudes, contadas por  sus protagonistas hicieron que el publico que llenaban el salón de la Peña “El Albero”, pasaran unas horas deliciosas , aunque cortas, escuchando a estos hombres que después de tantos años, siguen amando a la fiesta y al toro, sin rencor y sabiendo mirar el pasado con gratitud.

No pudo entregarse  el trofeo a la mejor ganadería del abono del pasado año en El Puerto, que recayó en la divisa de Hermanos Torres Gallego. Acudieron el propietario Juan Torres y su hijo Pedro, teniendo que ausentarse durante el acto, al sentirse indispuesto el titular del hierro. Fue recogido por el aficionado y antiguo presidente de la plaza de El Puerto Rafael Sestelo.  Tomás Rodríguez como presidente agradeció la presencia de los toreros entre los que se encontraban el novillero de Chiclana,  Jesús Vela e invitados. Hizo entrega  de la insignia de la entidad y una placa como recuerdo a cada uno de los homenajeados, junto al secretario de la entidad Antonio Astorga. Por cierto no apareció ningún representante político a pesar de estar invitados. Se conocen que  no estamos en tiempo de elecciones,  y eso que los homenajeados eran conileños. Por lo demás constituyó un éxito rotundo.

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