Un portavoz militar norcoreano dijo que cualquier intento de interceptar su satélite de comunicaciones conduciría a “una guerra”, al tiempo que suspendió la red militar de comunicaciones con Corea del Sur, hasta ahora el único canal abierto entre ambos.
“Disparar a nuestro satélite de fines pacíficos significaría la guerra”, dijo un portavoz del régimen comunista con poder nuclear citado por la agencia oficial KCNA, según la surcoreana Yonhap.
Pyongyang aumentó aún más las tensiones en la Península, ya elevadas por su amenaza del jueves contra los aviones civiles surcoreanos, con la suspensión de la red militar de comunicación con Seúl, en protesta por unas maniobras que considera una amenaza.
El portavoz del Ministerio de Unificación surcoreano, Kim Ho-nyoun, instó a Corea del Norte a restablecer de forma inmediata las comunicaciones militares y aseguró que esas maniobras conjuntas son rutinarias y defensivas.
Cerca de 30.000 soldados de Corea del Sur y EEUU participarán en esos ejercicios anuales hasta el día 20, que simulan una guerra contra Corea del Norte. Durante ese tiempo estará cortado el único canal oficial de comunicación entre las dos Coreas.
La suspensión de esa red de comunicación impidió ayer que cruzasen la frontera los surcoreanos que trabajan en el complejo industrial de la ciudad norcoreana de Kaesong, donde empresas surcoreanas emplean mano de obra norcoreana.
El Ejército norcoreano informó de que sus soldados están en alerta para posibles combates en caso de una “situación de gravedad” con Corea del Sur.
Además, el régimen de Kim Jong-il dejó claro que, pese a las presiones internacionales, mantiene su plan de lanzar un supuesto satélite de comunicaciones, que los expertos creen ocultará un misil.
“Vamos a responder a cualquier acto de interceptar nuestro satélite con fines pacíficos con un ataque militar más potente”, aseguró un portavoz norcoreano citado por la agencia oficial KCNA.
EEUU y Japón han advertido de que tienen tecnología para abatir ese satélite con sus escudos antimisiles en caso de que Corea del Norte efectúe el lanzamiento, previsiblemente antes de que se constituya la nueva Asamblea Popular Suprema (Parlamento) en abril.
Washington y Tokio sostienen que el lanzamiento norcoreano, se trate de un misil militar o para colocar en órbita un satélite, violaría las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU.
El ministro portavoz nipón, Takeo Kawamura, pidió ayer a Pyongyang que “sea comedido en las acciones” que afectan a la estabilidad de la región. Corea del Sur está en alerta desde que Pyongyang admitiera que prepara el lanzamiento de este satélite.