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Ronda

Ronda se entrega de nuevo al verde Esperanza

San Cristóbal rebosa pasión al Cristo de la Columna y a la Novia de Ronda

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Fue de nuevo un baño de masas. Cientos de personas se agolparon a última hora de la tarde de este Miércoles Santo en torno a la Iglesia de San Cristóbal y a lo largo de todas las calles de este barrio para saludar a la Hermandad de La Columna

Campanas a júbilo en San Cristóbal a las 8 y cuarto de la tarde, y sonidos de cornetas y tambores. Este año, tras salir la Cruz de Guía, la Hermandad ha recuperado una tercera banda para el cortejo; los músicos llegaron desde Sevilla, desde el pueblo serrano de Cazalla: se trata de la Banda de Cornetas y Tambores 'Jesús Nazareno'. Y, tras ellos, el rosario de penientes, en total 750 nazarenos vestidos de blanco y verde esperanza. Los primeros, chiquillos con pañoletas verdes en vez de antifaces y capirotes, en un enorme grupo de guardería.

En los balcones y en las ventanas, gentes y más gentes. Y los tradicionales vítores al Señor y, después también, sobre todo, a su Madre.

El Cristo, sobre un monte de claveles rojos. Azotado. Atado a una columna. Y este año, sobre la recreación de los adoquines del pretorio en que fue flagelado; la hermandad ha querido mejorar así el misterio. Las potencias fueron rematadas con piedras preciosas, tras el proceso de mejora y restauración.

Sonó primero 'La Saeta', de manos de la Banda Municipal de Música de Ronda. Y tras esta marcha, una segunda, titulada 'Héroe'. Ha sido compuesta para el Señor de la Columna por David Gutiérrez, el director de la Banda; se lo pidió antes de fallecer uno de los hermanos, que fue miembro de la Junta de Gobierno: José Segura; a él se la dedicaron.

La Virgen, dolorosa, entre flores de color blanco. Vítores y más vítores. Y mujeres de mantilla; un grupo de 58 en concreto, entre ellas las goyescas de este año. Para 20 de ellas se estrenaron otras tantas varas, en madera y rematadas en metal bañado en plata, con los escudos de la Hermandad.

María Santísima de la Esperanza, además, estrenó en la calle el escudo de oro de la Hermandad que le fue impuesto durante su festividad el pasado mes de diciembre.

Se vieron este año ocupando el lugar privilegiado que ya tuvieron el pasado año, por primera vez, los dos pertigueros que vinieron a completar el cuerpo de acólitos, con los ropones en terciopelo verde que fueron confeccionados, así como los nuevos pecherines y y sus pértigas.

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