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Almería

La pareja que se hacía pasar por cuidadores para robar a ancianos

Urrácal es un pequeño pueblo almeriense de algo más de 300 habitantes cuya tranquilidad se vio rota el pasado 18 de noviembre

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  • Patrulla de la Guardia Civil. -

Urrácal es un pequeño pueblo almeriense de algo más de 300 habitantes cuya tranquilidad se vio rota el pasado 18 de noviembre tras descubrirse el robo sufrido por uno de sus vecinos, de 89 años, al que la pareja que lo cuidaba robó presuntamente dinero, joyas, colecciones de sellos y otros enseres.

M.S., de 42 años, y J.R.A., de 52, son buscados por la Guardia Civil tras la denuncia presentada en el puesto de Olula del Río (Almería) por el hijo de la víctima, que trabaja en Sevilla y que, en declaraciones a Efe, asegura que en los dos años y medio desde su última estancia en España, la pareja cometió otros dos “golpes” similares en Arboleas y Pulpí, también en Almería.

“Viajan como turistas y se hacen pasar por cuidadores de mayores. Luego huyen por sorpresa a su país, tras llevarse un buen botín y regresar unos años después a España para dar un nuevo golpe. Parece ser que ésta es su cuarta estancia. Aquí pasan el tiempo imprescindible. Buscan a un mayor muy vulnerable y en ese tiempo hacen envíos regulares a su familia de lo que van robando”, dice.

Según el denunciante, tienen “planificado el golpe desde el primer día” y su “principal arma" es la mentira.

El hijo, que prefiere mantener el anonimato para no identificar a su progenitor, relata cómo conoció a la pareja el pasado mes de julio a través de un anuncio en Facebook que había visto una amiga. Quedó con ellos, tomó un café y acordaron que la pareja, de origen argentino, se harían cargo de su padre a cambio de 1.200 euros al mes.

Asimismo, se les cedió de forma gratuita una vivienda unifamiliar a escasos metros de la del anciano. “Él no trabajaba. Tenían casa gratis y alimentación completa”, apunta.

Aunque el denunciante no pasaba más de veinte días sin acudir al domicilio de su anciano padre, en estos cinco meses aprovecharon para presuntamente “ir cogiendo y vaciando” un sobre que mensualmente se reponía con 500-600 euros. “A mi padre le daban sólo 250 euros”, asevera. En total, habrían reunido así unos 3.000 euros.

Además, asegura que se apropiaron de otros 4.000 euros que les adelantó para gastos de un viaje a Setúbal (Portugal), donde planeaban instalarse. Todo ello porque no contaban con permiso de residencia o trabajo y le dijeron que “allí eran más flexibles las normas para conseguir los papeles”.

Durante esa estancia en Portugal, se quedó a cargo del mayor otra persona, cuyo trabajo fue abonado también por el denunciante. “Cuando regresaron de Portugal, me dijeron que faltaban algunas cosas en la despensa. Le dije a ella dónde estaba un maletín en el que había joyas de mi madre para que mirase si las habían tocado. Les sacó fotos y me dijo que estaban a buen recaudo”, cuenta.

“Esto pasó a finales de julio y nunca caí en llevármelas. Pequé de pardillo, se habían ganado mi confianza, aunque su objetivo era robar”, lamenta.

Según consta en su denuncia original, las joyas tienen un valor mínimo de 3.750 euros, y entre ellas había desde sortijas de oro, o medallas de un Sagrado Corazón y otra con la fotografía de uno de sus hermanos, fallecido en 1992.

Narra cómo hizo también diferentes préstamos que eran descontados del pago mensual por sus servicios pero que, cuando llegó noviembre, mes en el que debían comenzar a devolver los 4.000 euros adelantados según un acuerdo verbal, la presunta ladrona le comunicó que no podían hacerlo en ese momento porque su suegra estaba enferma y tendrían que volver a Argentina en febrero.

Todo se disparó en noviembre. M.S. le indicó que tenía cáncer y tenía que ser intervenida en el Hospital de La Inmaculada de Huércal-Overa (Almería). El denunciante comenzó a llamarlos sin respuesta. Cuando el día 17 lo hizo desde un teléfono diferente al suyo, “se precipitaron las cosas”.

Y es que la investigación ha concluido que en la madrugada de dicho día un amigo los llevó a Granada, dónde cogieron un autobús para llegar a Madrid y allí tomar un avión con destino a Argentina.

Desaparecidos del mapa, el denunciante conoció gracias a la investigación casos similares al suyo en Arboleas y Pulpí, así como que también habían trabajado como cuidadores en Olula del Río, sin poder cometer delito alguno allí, o que éste era el cuarto viaje de este tipo que realizan a España.

Hace apenas unos días, amplió la denuncia inicial, en la que se valoraba en unos 11.000 euros lo robado, al detectar que se habrían llevado otros 11.700 euros en colecciones de sellos, monedas y billetes antiguos y toallas bordadas.

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