El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, confirmó que ya no hay ninguna provincia en alerta y que la borrasca, que ahora está sobre Francia, se ha comportado según “más o menos” según lo previsto.
Rubalcaba agradeció la prudencia de los ciudadanos, “que han actuado responsablemente” y han reducido “muchísimo” los riesgos, y la actuación de los servicios públicos “que han estado toda la noche al pie del cañón para garantizar que si pasaba algo se corrigiera lo más rápidamente posible”.
“En conjunto, el país ha funcionado bien: las comunidades han estado coordinadas y el Estado también, y creo que nos debemos felicitar de cómo han funcionado los servicios de seguridad”, resaltó.
Pese a todo, “hay que lamentar la muerte de tres personas”, recordó Rubalcaba, una mujer en Orense, que murió aplastada por el muro de una finca, y dos personas en Burgos, que perdieron la vida en un accidente de tráfico tras chocar con un árbol caído.
Además, ocho personas resultaron heridas, dos de ellas de gravedad, en un accidente provocado el sábado noche por un cartel-pórtico de la autopista AP-1 que fue derribado por el viento entre las localidades guipuzcoanas de Soraluze y Eibar.
Daños personales aparte, el problema más importante que ha dejado la borrasca ha sido los numerosos cortes en el suministro eléctrico que sólo anteayer dejó a más de 65.000 afectados en Castilla y León, 60.000 en el País Vasco y 30.000 en Galicia.
A primera hora de la tarde de ayer, el suministro estaba prácticamente restablecido en casi todo el país, salvo en algunas localidades de Lugo y Ourense (Galicia) que, según Rubalcaba, recuperarán el servicio en las próximas horas.
Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA) también ha levantado ya todas las alertas que activó ayer en toda la red de aeropuertos y que obligaron a cancelar 124 vuelos, la mayor parte con destino y origen en las Islas Canarias.
No obstante, durante la jornada del domingo se cancelaron otros catorce vuelos, todos ellos con dirección al aeropuerto Charles de Gaulle (París), donde la borrasca actuaba ayer con fuerza.
La fuerza de la borrasca ha dejado también centenares de pinos arrancados en el Parque Nacional del Teide, derribados por la fuerza del viento que en esa cumbre sopló a más de 160 kilómetros por hora.
El récord de viento huracanado se ha registrado en el País Vasco donde ayer se llegaron a alcanzar los 228 kilómetros por hora en Orduña (Vizcaya).
En esa comunidad, el temporal ha dejado vientos de 135 kilómetros por hora en Vitoria, de 123 en Bilbao y de 126 en San Sebastián, según los datos aportados por el consejero de Interior vasco, Rodolfo Ares.