Sánchez Arévalo, que debutó en 2006 con la exitosa AzulOscuroCasiNegro, un drama en el que ya destacó su selección de actores –los mismos con los que después hizo Gordos (2009) y, ahora, Primos–, hizo esta comedia casi por “necesidad vital”: “Estaba en un momento de mi vida de crisis: personal, profesional... estaba cansado, necesitaba parar, necesitaba aire, luz y cierta ligereza en mi vida, y me di cuenta de que otra manera de hacerlo era esta”, desvela el director en una entrevista con Efe.
Y así llegó a Primos, como una forma de conjurar la depresión y la profundidad de la vida: “Quería hacer una película sencilla –no simple, puntualiza– y que fuera un canto a la vida, al optimismo” y con pistas de cómo enfrentarte a una crisis de manera diferente a la que se supone que es la natural: es decir, “regodearte en tu mierda y deprimirte”.
Reconoce que hay mucho de él mismo en los personajes de la nueva creación del cineasta . “Tratando de buscar su sitio en el mundo –explica– y encontrar a la mujer de su vida: la necesidad de amar y ser amado”, aunque puntualiza que también es un canto a la familia en el más amplio sentido de la palabra, incluidos sus amigos actores, a los que considera “más que primos”.